LA SELVA TROPICAL
¿Dónde se encuentran?
La mayoría de las selvas tropicales se encuentran en la zona ecuatorial, donde la temperatura diaria media es la misma todo el año, la duración del día varía en menos de una hora y las precipitaciones abundan todo el año, pero a veces las lluvias son estacionales. Las variaciones de las precipitaciones de unas regiones a otras se debe a las montañas y a sus cortinas pluviales.
La selva pluvial tropical es el más complejo de todos los sistemas. Al año llueve en total de unos 2.000 a 4.000 milímetros, y el mes en el que llueve menos (unos 100 milímetros) se considera relativamente seco. En la selva pluvial tropical existen más especies de animales y plantas que en todo el resto de los biomas del mundo juntos. Podemos encontrar selvas tropicales en el centro de Sudamérica (el Amazonas), en gran parte de Centro América, a la altura del ecuador en la costa oeste africana, en la mitad este de Madagascar, en las islas Filipinas, etc.
(El Amazonas)
¿Qué plantas viven aquí?
Las áreas donde llueve poco todo el año se caracterizan por florestas de arbustos tropicales que tienen árboles con pequeñas hojas que conservan el agua. En las áreas con estaciones húmedas y secas bien delimitadas hay bosques caducifolios tropicales donde predominan árboles que pierden las hojas durante las épocas de sequía.
Aunque en una hectárea pueden concentrarse más de 100 especies de árboles diferentes, cada especie puede estar representada por un solo árbol; mientras que en un área de bosque caducifolio, por ejemplo, solo existen unas pocas especies de árboles, aunque cada especie está representada por muchos árboles.
La competencia crítica entre las plantas de la selva tropical se entabla por la luz. Más o menos el 70% de todas las especies de plantas son árboles. El piso arbóreo superior consiste en gigantes solitarios de 5o a 60 metros de altura, seguida por un piso arbóreo más bajo que se caracteriza por formar una bóveda continua de follaje. Los árboles que forman esta bóveda son de aspecto muy similar: sus troncos suelen ser delgados y solo se ramifican cerca de la copa. Las copas son altas y relativamente pequeñas como consecuencia del hacinamiento. Como el suelo está siempre mojado, sus raíces no penetran profundamente en él y a menudo los troncos terminan en gruesos refuerzos que les proporcionan una base amplia de sustentación. Sus hojas son grandes, duras y de color verde oscuro, su corteza es fina y lisa y sus flores suelen ser inconspicuas (es decir, poco visibles, poco sobresalientes) y de color verdoso o blancuzco.
(Ejemplo de diferentes pisos de plantas)
Abundan las enredaderas leñosas o lianas, en particular donde ha aparecido un claro en la selva, como consecuencia de la caída de un árbol. (¡Se han medido enredaderas de hasta 240 metros de longitud!) También hay muchas epífitas (plantas que crecen sobre otras plantas), a menudo a gran altura del piso del bosque. Estas epífitas germinan en las ramas de los árboles y obtienen agua del aire húmedo del manto. A diferencia de las plantas que están en contacto con el piso húmedo, las epífitas deben conservar el agua cuando no llueve. Algunas epífitas se asemejan mucho a algunas plantas desérticas, pues poseen unas hojas y tallos carnosos que almacenan agua. Otras tienen raíces esponjosas u hojas acopadas que captan la humedad y los restos orgánicos; muchas de éstas epífitas pueden absorber nutrientes de los organismos que se descomponen en estos "tanques" de almacenamiento. Una variedad de plantas, como helechos, orquídeas, musgos y bromeliáceas, han explotado este estilo de vida.
(Las lianas de las selvas son muy utilizadas como medio de transporte por muchos animales)
(Tronco de un árbol repleto de espífitas)
¿Qué animales viven aquí?
Los animales selváticos viven en los distintos estratos o fajas de la vegetación, adaptados a sus características. Las aves de presa anidan en las copas de los árboles; por debajo de ellas se encuentran los monos, los loros y los tucanes, que conviven con mariposas y flores coloridas. A nivel del suelo viven los antílopes, los jabalís, los tapires, los lagartos y serpientes, sapos, ranas y felinos, algunos de los cuales también trepan a los árboles. Son muy númerosos los saltamontes, los escarabajos, hormigas, termitas y otros de mayor tamaño.
(Los tucanes y los loros son las aves más famosas de las selvas tropicales. Son realmente asombrosos sus picos, patas o plumaje de diversos colores)
(Las mariposas abundan en estas selvas)
(Los gorilas son una de las especies más amenazadas de las selvas tropicales)
(La pantera es uno de los felinos a los que más agrada subirse a los árboles)
(Tigre de Bengala bostezando)
(Tapir)
(Las ranas y los sapos de colores muy vistosos son, en la mayoría de las ocasiones, anfibios venenosos muy peligrosos)
(Los koalas y, sobretodo, los osos panda son animales en serio peligro de extinción)
Para tener una pequeña idea de la biodiversidad selvática, se puede considerar que en unos 10 km2 de superficie pueden convivir unas 760 especies de árboles diferentes, 125 especies de mamíferos, 400 especies de aves, 100 de reptiles y 60 de anfibios. Es algo increible. ¡En un árbol puede haber más de 400 especies distintas de insectos!
¿Y qué hay del suelo?
En el piso de la selva casi no se acumulan hojas muertas, a diferencia de lo que sucede en los bosques que están en las zonas templadas, porque la descomposición es demasiado rápida. Todo lo que toca el suelo desaparece casi al instante, porque es transladado, se consume o se descompone rápidamente. En consecuencia, los suelos de las selvas pluviales tropicales son relativamente infértiles. Muchos están compuestos en su mayor parte por arcilla roja. Si se talan los árboles a menudo se erosionan rápidamente o forman unas costras gruesas e impenetrables que no se pueden cultivar más después de una temporada o dos.
Los suelos tropicales suelen ser pobres en elementos minerales y los pocos que hay tienden a ser arrastrados por las grandes lluvias. La mayor parte del nitrógeno, fósforo, calcio y otros nutrientes están en las plantas y en los árboles, no en el suelo; quienes almacenan mejor estas sustancias suelen ser los mismos que triunfan en la competición por la luz.
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