Y el anciano hombre le dijo con una sonrisa:

-Querida Gerdum, la libertad no la puedes tocar, está dentro de las personas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

LAS PLANTAS RESPONDEN

Como todos ya sabemos, muchas plantas responden al tacto. Uno de los ejemplos más comunes se ve en los zarzillos de éstas, que se envuelven alrededor de los objetos que tocan permitiendo a la planta sujetarse y trepar. Éste hecho es bastante rápido, pues el zarzillo es capaz de enrollarse en torno a un sostén, una o más veces, en menos de una hora. La enredadera es una planta trepadora que todos conocemos:




Otra respuesta rápida al tacto ocurre durante la captura de la presa por la planta carnívora cazamoscas de Venus. Las hojas de ésta planta tienen dos lóbulos y cada uno presenta tres pelos sensibles. Cuando un insecto se posa en alguno de los lóbulos y roza, así, los pelos, se descarga un impulso eléctrico que desencadena el cierre instantáneo de la hoja. Los bordes dentados se entrecruzan a modo de una trampa para osos y se cierran en medio segundo.





Y las plantas son capaces de identificar el tipo de música que suena (si es positiva o negativa), aunque sea difícil de creer. Diréis ¿cómo van las plantas a escuchar música si no tienen oídos? Bueno, si no os lo creéis, seguid leyendo...


LOS EXPERIMENTOS DE DOROTHY RETALLACK:

En 1973 una mujer llamada Dorothy Retallack publicó un pequeño libro llamado "The Sounds Of Music and Plants", en el cual detallaba una serie de experimentos que había realizado para descubrir los efectos de la música sobre las plantas. Sigamos paso a paso su investigación:

Primer experimento: empleó tres gabinetes y tocó simplemente un tono continuo a las plantas. En el primer gabinete tocó el mismo tono durante ocho horas, en el segundo gabinete durante tres horas y en el tercero no tocó nada. Las plantas del primer gabinete murieron en catorce días, y las plantas del segundo crecieron extremadamente sanas, mucho más que en el tercero de los gabinetes. Éste descubrimiento fue muy interesante y se probó posteriormente con un grupo de trabajadores: cuando la música sonaba continuamente los trabajadores estaban más fatigados y menos productivos, y cuando la música sonaba, solo de vez en cuando a lo largo del día, los trabajadores estaban menos cansados, más productivos y atentos que cuando no sonaba ninguna música.

Segundo experimento: Dorothy usó plantas jóvenes situadas en dos gabinetes con una radio cada uno. En el primer gabinete la radió emitía Rock y en el segundo emitía música tranquila. La música solamente sonaba durante tres horas al día. Al quinto día se notaron cambios drásticos: en el segundo gabinete (con música tranquila) las plantas crecían saludablemente y sus tallos comenzaban a inclinarse hacia la radio; sin embargo en el primer gabinete las plantas habían crecido débiles y tenían las hojas pequeñas y atrofiadas. Tras dos semanas, las plantas en el gabinete "tranquilo" permanecían robustas y florecientes y seguían teniendo el mismo tamaño e inclinándose hacía la radio; y las plantas en el gabinete "de Rock" habían crecido extremadamente altas, su floración había decrecido y los tallos estaban inclinados alejándose de la radio. En el decimosexto día casi todas las plantas del gabinete "de Rock" estaban en estados terminales, mientras las plantas en el gabinete "tranquilo" estaban vivas, bellas y crecían abundantemente.



Tercer experimento: Dorothy creó una cinta de música Rock con canciones de Jimi Hendrix, Vanilla Fudge y Led Zeppelin. De nuevo las plantas se desviaron de la música. Pensando que quizá fuese la percusión de la música Rock lo que causaba el rechazo en las plantas, realizó de nuevo el mismo experimento con una canción interpretada sin percusión. En éste caso las plantas se inclinaron de nuevo en dirección contraria a la música, pero no tanto como anteriormente. Cuando realizó otra vez éste experimento, ésta vez con las mismas canciones pero interpretada por instrumentos de cuerda madea (violines, violonchelos...), las plantas se inclinaron hacia la música.

Cuarto experimento: usó de nuevo tres gabinetes. En uno puso música clásica del norte de la India, en otro música de Bach para órgano y en el último no puso música. A las plantas la música que más "les gustó" fue la del primer gabinete. En el gabinete donde sonaba Bach las plantas también se inclinaron hacia la música, pero no tanto como en el primer caso.

Quinto experimento: empleó otros tipos de música. Las plantas con música Country no mostraron reacciones, igual que aquellas que estaban en gabinetes silenciosos. Sin embargo, a las plantas les gustó el jazz.

Sexto experimento: en un gabinete puso música Rock y en otro música clásica moderna y disonante. Las plantas en el primero se inclinaron entre 30 y 70 grados huyendo de la música; y las plantas del segundo gabinete se inclinaron menos, entre 10 y 15 grados.

Con estos experimentos, aunque no fueran plenamente científicos, Dorothy demostró al mundo que las plantas responden, literalmente, a estímulos tan naturales y comunes entre los seres humanos como son el tacto y la música.


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